Des de 1980/81 treballant per la Cultura en general, la Valenciana i especialment la de Paterna.



martes, 17 de octubre de 2017

Crónica de la excursión de otoño

EXCURSIÓN DEL  ATENEO A MOJÁCAR-ALMERÍA

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El mejor remedio para disipar la agitación política y los calores de un otoño ardiente, era disfrutar del sosiego, la paz y la mesa que el Ateneo nos ofrecía en su ya tradicional excursión de otoño del "PUENTE 9 d’OCTUBRE”.

No ha hecho falta hacer demasiada propaganda del viaje para llenar de inmediato el autobús de 60 plazas, ya que la oferta presentada cumple con los tres requisitos que reclama un buen ateniense: “LUGAR AGRADABLE”, (Almería- Mojácar): Una  ciudad que forma parte de la red “Los pueblos más bonitos de España”. “HOTEL Y COCINA SELECTA” a nivel Michelín, y  “VISITAS CULTURALES GUIADAS”.

Salimos de Paterna a la hora programada. Tiempos para bienvenidas y presentaciones. De Pilar, una guía atenta y servicial. De Paco un prudente conductor. Tiempo de relajación entrecortado por la proyección de la película  “Altamira”, una cinta apta para afanosos de cultura pero merecedora de un aula más apropiada. Alto horario, parada por obras en carretera, y llegada al señorial y lujoso hotel “Alegría Palacio de Mojácar”, centro logístico del viaje. Cena reparadora propia de la selecta y variada cocina de algunos tenedores, y tiempo para compartir una copa en los jardines del hotel  al son de los acordes de una virtuosa del piano.

Al amanecer del día 7 nos esperaba a pie del autocar Marisol, (me llamáis Mari) una guía local con experiencia, que se presentó con algunos “consejos” que desentonaron con la formación del grupo y que rectificó en su despedida.

Nos dirigimos al “Parque Natural de Cabo de Gata”, uno de los pocos ejemplos de geoparque volcánico del Mediterráneo, rodeado de grandes protecciones porque  supone un importante recurso patrimonial y turístico para la provincia de Almería. En el trayecto hacia el Parque, nos dijo Mari que los recursos de la provincia proceden de los Invernaderos, del Turismo, y del mármol blanco de las canteras de Macael. Los 63 km de costa del Parque, acogen unos de  los mejores acantilados y fondos marinos del litoral mediterráneo, motivo para que se esmeren las medidas de protección medioambiental, enfrentadas  por su explotación, con las administraciones públicas de las que depende (Ayuntamiento de Almería, Ayuntamiento de Níjar, Ayuntamiento de Carboneras y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía). El faro y el arrecife de las Sirenas son dos de los iconos más representativos del Parque y propicios para disfrutar de bonitas panorámicas.

Nos dirigimos al núcleo urbano de San José considerado la capital del Parque Natural. Lo habitan unos 800 vecinos,  que no conocen el “paro” y  que  viven gracias al turismo al que cada día añaden nuevos atractivos (Puerto Deportivo) para hacerlo más llamativo. Nos previno Mari de reclamar la tapa cuando nos sirvan una cerveza o un vaso de vino.

Camino al hotel nos desviamos hacia las antiguas minas de Rodalquilar donde en la década de 1900 se vivió la fiebre del oro. En el "filón 340" el más importante de todos, extrajeron sobre 12.000 toneladas de mineral,  5000 kilos de oro y a  partir de 1956 se procesaban unas 600 toneladas diarias. Su importancia queda reflejada en la presencia de Franco en las minas por  fechas señaladas. A un lado y otro de la carretera vemos el llamado “mar de plástico”, unas explotaciones muy rentables de 33.000 hectáreas, que empleando técnicas científicas avanzadas, consiguen sacar agua en un desierto y que la tierra produzca  tres o cuatro cosechas anuales.

Nos esperaba un comedor con mesas montadas con detalles de restaurantes “Estrellas Michelin”. Mostradores de alimentos variados y bien presentados, capaces de complacer a los más exquisitos paladares. Cualquier solicitud era respondida con prontitud y delicadeza por el servicio de comedor. Gracias a los promotores del viaje  porque detalles como estos justifican una excursión. Tras el café y  breves momentos de reposo nos dirigimos a  Cuevas de Almanzora, (el pueblo de la guía)... Pasamos al Museo de Arte Contemporáneo Antonio Manuel Campoy donde se exponen unas 400 obras de pintura de autores contemporáneos tan significativos como Picasso, Solana, Miró, Pedro Bueno. Vimos la Cueva-Museo que alberga una colección de aperos agrícolas, mobiliario, menaje e instrumentos domésticos.   

En el mismo recinto se encuentra el Museo Sotomayor, en homenaje a D.  José María Martínez Álvarez de Sotomayor,  escritor español nacido aquí en Cuevas del Almanzora en septiembre de 1880. Lo configuran cuatro salas que conservan el ambiente de trabajo del poeta, con mobiliario de su propio despacho, comedor, dormitorio, y biblioteca. Se exponen también más de 200 obras literarias de los siglos XVIII y XIX, que componía la biblioteca personal de Sotomayor, y una serie de imágenes, grabados y cuadros del poeta. Vimos la bonita parroquia de la Encarnación, con feligreses que dispuestos a oír misa, quedaron ensimismados al oír a Mayte cantar el  Ave María de Schubert.
 
Admiramos en la Plaza de la Constitución la estatua de bronce del “santo negro” el cueváno  José María Muñoz, el “héroe de la Caridad “, un hombre dotado de una bondad y un altruismo heroico.  Llegó a fundar, sin disponer de fortuna, una maternidad, un hospital y dos escuelas, otorgando becas para carreras y oficios a los niños necesitados.

Tras un relajado paseo regresamos al hotel, donde nos esperaba una cena frugal, trastornada por los tentadores postres. Los números de magia de un genial artista, el olor a galán de noche del jardín y el cielo cubierto de estrellas,  invitaban a prolongar la tertulia, de no ser por el recordatorio de la hora temprana del despertar del día siguiente.

El domingo 8 lo dedicamos a visitar  Almería, nos recordó Mari, es una capital que cuenta con una diócesis, 8 partidos judiciales y 103 municipios. Fue fundada en el siglo X por el califa Abderramán III como atalaya defensiva de la ciudad junto al castillo-fortaleza de la Alcazaba.
  


La población en el año 2016 era de 704.297 habitantes en total y su densidad es de  80,27 hab./km², cifra sensiblemente inferior a la media española. El autobús nos dejó en la céntrica “plaza de los Peces” y desde allí  nos dirigimos a visitar la Alcazaba, una ciudadela con torres de defensa, calles, casas y mezquita protegidas por una muralla de  más de tres metros de anchura y cinco de altura. Está declarada Bien de Interés Cultural, junto al  Cerro de San Cristóbal.

Desafiando la pronunciada pendiente, bajamos hacia la Catedral. Nos explicó la guía que es una construcción única en España  por su naturaleza de fortaleza erigida en el siglo XVI, razón por la que vemos en su estructura, almenas, torreones, contrafuertes,  y una cubierta plana sobre la que pudieran montarse cañones. Debido a las crisis económicas se termina de construir dos siglos más tarde. Esa demora hace que presente una arquitectura de transición entre el gótico tardío y el renacimiento, con rasgos barrocos y neoclásicos. Su peculiaridad reside en ser un edificio que  además de cumplir con el culto a la Virgen (se la conoce como catedral de la Encarnación), sirvió de defensa contra los ataques de piratas y moriscos sublevados. Además de considerarse un Bien de Interés Cultural, fue declarada Monumento histórico-artístico en Junio de 1931. No pudimos admirar con detalle su grandiosidad porque en esos momentos daba comienzo la misa dominical, oficiada por el Obispo, y no está permitido el  movimiento de turistas en horas de culto.

Tras encomendarnos a su patrona la Virgen del Rosario, nos dirigimos al hotel para reponer fuerzas y aliviar el calor sofocante que nos persiguió durante todo el viaje. Por la tarde visitamos Garrucha, pueblo de elegantes construcciones  al mar, realzadas por su paseo marítimo a lo largo del Malecón.  Vimos un activo puerto pesquero, deportivo y comercial desde donde embarcan el yeso de Sorbas, segundo productor del mundo después de Méjico. Cercana estaba Mojácar, una antigua necrópolis árabe, por encontrarse restos orientados hacia La Meca. Cuenta con una población de 6490 habitantes distribuidos en una superficie de 72 km², lo cual da una densidad de población de 90,14 hab/km². Coincidió nuestra visita con la celebración del día de su Patrona la Virgen del Rosario. Vimos las calles acotadas por la celebración de la fiesta del “Pañuelo a Caballo”. Una conjunción del dominio del caballo con el rito de entregar a las chicas casaderas los pañuelos engarzados en las cuerdas. En la plaza de la Iglesia está expuesta la “Estatua de la Mojaquera” realizada en mármol blanco. Subimos a  la Plaza del Parterre, otro de los lugares con historia, con balcones ideales para disfrutar de buenas panorámicas.


Las cuestas y el bullicio del día, hicieron anhelar las comodidades del hotel  y disfrutar de momentos de paz y relax que nos proporcionaba una buena mesa y una relajada velada. 

Con los preparativos  de recoger las maletas, el paseo matinal por las playas cercanas y las tertulias formadas alrededor de un buen aperitivo  en los jardines del hotel,   se pasó la mañana del lunes 9.

Después de comer tomamos rumbo a Valencia y con el ánimo de aligerar los 380 kilómetros que nos separaban, Maite cantó unas “albaes” recordando que era el dia de la Comunidad Valenciana, Sant Donís patrón de los enamorados; vimos una graciosa película (Carmina o revienta) oímos música romántica, e hicimos el alto horario reglamentario.

Aurelio con su verbo fácil y la elegancia que le caracteriza, tuvo palabras de agradecimiento a cuantos han hecho posible que el viaje se convirtiera en una reunión familiar donde la fiesta, la gastronomía y la cultura se conjuntaran para sentirnos felices durante estos días. Divisando a lo lejos la negra y moruna Torre, Mayte entonó el himno a Paterna, sintiendo que el corazón se alteraba cuando  juntos cantamos el  ¡Vixca per sempre vixca, el poble del meu cor!. 

No faltaremos a  la próxima.

Félix Garrido Gil.